5.

El ego es un monstruo gigante, con un peso inimaginable pero con las piernas temblorosas, débiles. No puede sostenerse, y aunque intente, no puede avanzar. Simplemente debe permanecer quieto, inmóvil. Atado a su propio peso, ahuecado por el mismo. Insoportablemente vacío. Destinado a derrumbarse, a no trascender. 

Entradas más populares de este blog

Extras

Anotaciones en Libretas IV

Minotauro Laberinto